Hablar desde el dolor: cómo comunicar que estás atravesando un momento difícil

Hablar de nuestras emociones no siempre es fácil, y menos cuando lo que sentimos es dolor, confusión o vulnerabilidad. A menudo nos preguntamos cómo explicar a los demás que estamos pasando por un mal momento sin parecer débiles, sin incomodar o sin generar juicios.

Sin embargo, comunicar lo que sentimos no solo es sano, sino necesario. Esta es una guía práctica y reflexiva para ayudarte a hacerlo desde el respeto a tu proceso y desde la empatía hacia los demás.


Por qué cuesta tanto hablar cuando más lo necesitamos

Cuando pasamos por un momento complicado, lo último que queremos es exponernos aún más. La sociedad valora el «estar bien» y pocas veces valida el mostrarse vulnerable. A eso se suman factores como:

  • Miedo al juicio

  • Culpa por no ser «lo suficientemente fuerte»

  • Incertidumbre sobre cómo empezar la conversación

  • No querer preocupar a los demás

Y sin embargo, guardar silencio muchas veces empeora el malestar interno.


¿Cómo explicar a los demás que estás pasando por un mal momento?

Esta es una de las preguntas más buscadas y menos respondidas con profundidad. Aquí te dejo una hoja de ruta clara para hacerlo:

1. No necesitas justificarte

Puedes compartir tu estado emocional sin sentir que tienes que dar explicaciones detalladas. A veces, un simple «estoy atravesando un momento complicado» es suficiente.

2. Elige a quién contárselo

No necesitas contárselo a todo el mundo. Elige personas que te transmitan confianza, que sepas que pueden sostener esa conversación emocional sin invalidarte.

3. Usa frases en primera persona

Decir «yo me estoy sintiendo…» es una forma asertiva de comunicar emociones. Evita proyectar en los demás o esperar que adivinen cómo estás.

4. Establece límites si los necesitas

Si no estás preparado para profundizar, dilo. Puedes marcar un límite emocional diciendo: «Solo quiero que lo sepas, no necesito consejos ahora, solo comprensión».

5. Pide ayuda concreta si la necesitas

A veces, los demás quieren ayudarte pero no saben cómo. Puedes facilitarlo diciendo exactamente qué necesitas: compañía, silencio, ayuda práctica, etc.


Qué NO hacer al comunicar tu dolor

  • Evitar el tema esperando que se solucione solo

  • Minimizar tus emociones con frases como «no es para tanto»

  • Usar el humor como escudo permanente

  • Esperar a «estar bien» para hablar (puede ser demasiado tarde)


Beneficios de abrirte emocionalmente

  • Reduces el peso de la carga mental

  • Fomentas relaciones más auténticas y profundas

  • Activas tu red de apoyo emocional

  • Te das el permiso de sentir sin juzgarte


Conclusión: Tu dolor merece espacio, no silencio

Saber cómo explicar a los demás que estás pasando por un mal momento no es solo una habilidad comunicativa, es un acto de amor propio. Reconocer tu estado, ponerlo en palabras y compartirlo con quienes te rodean puede ser una forma poderosa de avanzar en tu proceso.

Hablar no siempre soluciona, pero siempre alivia.