Cuando escuchamos la palabra ‘crisis‘, normalmente la asociamos con ese bache que atraviesan tantas relaciones de pareja, pero ¿qué ocurre si estás pasando por una crisis vital? No tienes ningún problema grave, no has tenido ningún cambio fuerte en tu vida, pero te sientes raro/a, desorientado/a y no sabes muy bien qué rumbo seguir.
Muchas personas atraviesan una crisis vital en algún momento de su vida, y en ocasiones coincide con la crisis de los 30, los 40 o los 50. No tiene una fecha fija ni una causa única, pero sí una sensación de vacío y de desconexión con uno mismo.
¿Y es normal sentirse así si en tu vida aparentemente todo está en orden? Sí, porque vivir una crisis interna no significa que haya un problema, sino que necesitas un cambio o una evolución, y suele ser una buena oportunidad para parar, escucharte y reencontrarte con la persona que eres ahora.
¿Qué es una crisis vital?
Una crisis vital es un proceso interno en el que sentimos que algo en nuestra vida ha dejado de tener sentido. A veces, aparece de forma repentina; otras, se acumula poco a poco hasta que un día te das cuenta de que estás desconectado/a de todo lo que haces, de lo que querías y hasta de ti mismo/a.
Si hay un motivo aparente detrás (como una pérdida o una ruptura de pareja), es más fácil gestionar la situación. Pero la mayoría de personas que pasan por una crisis vital sienten una sensación de vacío o de estancamiento que no consiguen identificar de dónde viene. También suele manifestarse con una falta de motivación por las cosas que siempre te han ilusionado o la falta de un objetivo vital que hace que te cuestiones si tu día a día tiene algún sentido.
Lo que sí es común es que aparezca en momentos ‘clave’ de nuestra vida: al cumplir los 30 años, cuando se acercan los 40 o al superar la barrera de los 50. Son edades que suelen marcar el inicio de una nueva etapa vital, y en las que normalmente se espera que tengamos la vida resuelta, que se haya despertado el instinto maternal o que tengamos un trabajo estable. Y si no es así, se dispara ese conflicto interno.
Señales comunes de una crisis existencial
Como cualquier proceso interno, cada persona vive una crisis vital de forma muy diferente. Eso sí, hay señales que pueden ayudarte a identificar si estás atravesando una crisis existencial:
- Nada te motiva como antes: te aburre lo que haces, te cuesta levantarte por la mañana, no disfrutas de tus hobbies… Sientes que tu vida es plana y que no tiene ‘chispa’.
- Empiezas a cuestionar tus decisiones pasadas: ¿elegí bien mi carrera? ¿Estoy con la persona adecuada? ¿Esto era lo que quería? De repente, miras con lupa cada paso que has dado hasta ahora.
- Te sientes desconectado de ti mismo: no sabes bien quién eres, qué quieres o hacia dónde vas. Sabes perfectamente que no eres la misma persona que hace unos años, pero no sabes por qué.
- Sensación de inquietud constante: sientes que te ‘falta algo’, aunque no sepas bien qué es y todo esté aparentemente bien a tu alrededor.
- Sientes que vives en piloto automático: cumples con tu rutina, tu trabajo y tus relaciones, pero sin ningún sentimiento.
¿Cómo salir de este momento sin huir de él?
Lo primero que debes saber es que no hay nada de malo en atravesar una crisis vital. No significa que estés fallando ni que tengas que solucionarlo todo ahora, pero sí puedes empezar a salir de ese bucle emocional en el que has entrado, siempre desde un lugar amable contigo.
No minimices lo que sientes
Es un error repetirte frases como ‘tengo que ser agradecido/a’ o ‘hay gente que está peor que yo’. Todo eso solo invalida tu malestar, así que permítete sentir lo que estás sintiendo sin culpa.
Explora lo que te hace vibrar
Piensa en cuándo fue la última vez que algo te entusiasmó. ¿Hay alguna actividad que despierte tu curiosidad o que tengas muchas ganas de hacer? Empieza por ahí. No necesitas encontrar las respuestas, un buen primer paso es volver a conectar con lo que te da vida.
Cuestiónate desde la compasión
Está bien que te hagas preguntas, pero evita convertirlo en un juicio constante. Cambia las malas palabras hacia ti por frases como ‘¿qué necesito ahora?’. Es un pequeño cambio de mentalidad y de enfoque que te puede ayudar a volver a encontrar el rumbo.
Pide ayuda si te sientes perdido/a
Recuerda que no tienes que poder tú solo/a con todo. Si estás pasando por una crisis emocional y no sabes cómo salir ni cómo volver a tener el rumbo de tu vida, pide ayuda profesional. Es un acto de responsabilidad emocional.
La terapia como brújula en el caos
La terapia es un espacio de desahogo y una herramienta que te ayuda a entender lo que estás viviendo, por qué te sientes así y cómo transformar una crisis vital en un proceso de crecimiento. Ir a terapia te ayuda a:
- Entender el porqué cuando no sabes ni por dónde empezar. En terapia puedes identificar las causas de esa crisis, si se ha reactivado alguna herida del pasado o por qué has llegado a este punto.
- Redescubrir tu identidad. A veces, sentimos que nos hemos perdido, pero en realidad solo hemos dejado de escucharnos. El acompañamiento de un profesional te guía para reconectar contigo, con tus valores y lo que realmente te importa.
- Diseñar un nuevo camino. La terapia no te dice qué hacer, pero sí te da un espacio para construir nuevas relaciones, fijar objetivos y vivir una vida mucho más alineada con la persona que eres hoy (y con tus necesidades actuales).
Si estás en una etapa de confusión, desconexión o vacío interior, en POP Empower queremos acompañarte con nuestra Terapia Online para Crisis Vital, un espacio para volver a ti.
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