Estamos más acostumbrados a reprimir nuestras emociones que a saber gestionarlas, y la terapia online te va a dar los tips que necesitas para tener una mejor relación contigo y con tu entorno.
¿Has escuchado alguna vez que es muy importante saber gestionar las emociones? Y es así, pero esto en absoluto significa controlarlas ni mucho menos esconderlas. No es poner buena cara siempre ni aparentar que todo está bien si en realidad no lo está. El concepto de gestionar tus emociones se refiere a entenderlas, darles el espacio que merecen y actuar en consecuencia sin que ellas decidan por ti.
Y aunque tengamos clara la teoría, sabemos que ponerlo en práctica no suele ser fácil. Sobre todo, porque no nos han enseñado a gestionar lo que sentimos, ya sea porque hay emociones que incomodan o porque no nos gusta mostrarnos vulnerables ante los demás. Y lo que siempre debes tener muy presente es que las emociones que no se expresan terminan quedándose dentro, y tarde o temprano aparecerán en forma de ansiedad, apatía o un bloqueo emocional del que es más difícil salir.
La buena noticia es que puedes aprender a gestionar tus emociones y a tener una mejor relación contigo mismo/a, aunque necesitas práctica y ayuda profesional.
¿Por qué a veces sentimos que las emociones nos dominan?
¿Cuántas veces has sentido que vives una montaña rusa de emociones? Pasas de sentir rabia a estar triste, o de la angustia a la euforia, en unas pocas horas, y esa sensación es agotadora. Eso sí, hay varios factores que explican por qué a veces sentimos que nuestras emociones tienen más poder que nosotros.
Desbordamiento emocional
Cuando vives una emoción con tanta intensidad que te cuesta pensar con claridad o actuar de forma coherente, es normal que te sientas desbordado/a. El problema no es la intensidad ni sentir demasiado, sino no saber cómo gestionar todo eso que estás sintiendo.
Acumulación sin expresión
Ocurre más de lo que creemos, y no solemos darle nombre. Hay veces que intentamos ser fuertes, nos guardamos lo que nos duele, no lloramos cuando lo necesitamos ni expresamos lo que pensamos. Y el día que menos lo esperas, por cualquier cosa, terminas explotando y sacando todo lo que llevas dentro. Como decíamos, si acumulas emociones que no has gestionado, tarde o temprano terminarán saliendo.
Educación emocional deficiente
¿A ti también te han enseñado a no llorar o a no enfadarte tanto? Muchas veces, el problema está en la falta de educación emocional, pues crecemos pensando que hay emociones negativas que debemos evitar. Y esto nos lleva a reprimir más que a entender. Si nadie te ha enseñado qué hacer con tus emociones, no te culpes por no saber cómo gestionarlas ahora.
Reprimir emociones vs. gestionarlas
Es más normal de lo que parece confundir el concepto de gestionar emociones con el de reprimirlas. De hecho, nuestro subconsciente suele relacionar la sensación de tranquilidad con no enfadarse, o que ser fuertes es no llorar. Y no es así.
Reprimir emociones es ignorarlas, hacer como que no existen y ‘tragárselas’ hasta que el cuerpo explote. Es negar lo que te está pasando, poner una sonrisa para aparentar que todo está bien o hacerte el fuerte cuando por dentro no tienes ganas de nada. A corto plazo, puede parecer que funciona, pero al final pasa factura emocional y física.
Gestionar emociones, en cambio, es bien distinto. Implica reconocer lo que estás sintiendo, ponerle nombre, validar el sentimiento y decidir cómo actuar sin hacerte daño ni hacérselo a los demás. Es una forma de autorregulación que no anula lo que sientes, pero sí te permite vivirlo desde un lugar más consciente.
Claves para mejorar tu inteligencia emocional
Los grandes cambios siempre empiezan por pasos pequeños, y estos son algunos tips que puedes poner en práctica en tu día a día para gestionar tus emociones y mejorar tu inteligencia emocional.
- Nombra lo que sientes: la base de la gestión emocional es ponerle nombre a lo que estás sintiendo. No es lo mismo estar enfadado que frustrado, ni sentir miedo que incertidumbre. Intenta ser lo más preciso/a posible.
- Valida tus emociones: nunca juzgues lo que sientes, porque no hay emociones ‘buenas’ o ‘malas’, todas tienen una función. La tristeza te lleva a pasar más tiempo contigo, la rabia a poner límites en tu relación con los demás y el miedo a protegerte. Lo importante es que las escuches, las valides y entiendas lo que te están diciendo.
- Regula sin reprimir: puedes permitirte estar triste sin que esa tristeza te paralice. O estar enfadado sin gritarle a todo el mundo o tener una actitud agresiva. Regular simplemente es aprender a dosificar y a modular todas esas emociones para que no te desborden ni te hundan.
- Aprende a expresarte sin dañar: todos tenemos derecho a expresar lo que sentimos, pero no de cualquier manera. Tienes que aprender a decir lo que te pasa sin culpar, sin reproches y con respeto. Por ejemplo, es mejor decir «me siento así cuando pasa esto» que «¡siempre haces lo mismo!».
¿Cómo te ayuda la terapia en esto?
Ya estás un paso más cerca de saber gestionar tus emociones y tienes tips para ponerlo en práctica, pero ¿no sabes por dónde empezar? Si tus emociones te bloquean o has intentado cambiar muchas veces tu forma de reaccionar y siempre terminas cayendo en los mismos patrones, la terapia te puede ayudar a gestionar emociones desde la raíz del problema.
Con la ayuda de un profesional puedes:
- Aprender a identificar lo que sientes y qué relación tiene con tu vida, lo que has vivido y tus patrones emocionales.
- Gestionar tus reacciones ante lo que sientes y saber cómo actuar en momentos de estrés, ansiedad o enfado.
- Mejorar tu relación contigo mismo/a y con los demás, poner límites y tener relaciones mucho más sanas.
Si quieres aprender a gestionar tus emociones, tienes que saber que es un camino de fondo en el que tienes que darte espacio, validar lo que estás sintiendo y pedir ayuda si lo necesitas. Nuestra Terapia Online para Gestión Emocional te puede ayudar a vivir con mucho más equilibrio.
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