Si priorizarte te parece egoísta, necesitas revisar la relación que tienes contigo mismo y trabajar para mejorar tu autoestima. Es una herramienta para vivir con menos culpa, menos exigencia y más estabilidad. 

¿Conoces la sensación de sentir que no estás a la altura? Críticas excesivas, autoexigencia, falta de confianza en uno mismo, sentir que no mereces las cosas buenas que te pasan… Es más habitual de lo que crees, y aunque muchas personas reconocen que quieren sentirse mejor y mejorar su autoestima, al final terminan sintiéndose culpables por hacerlo. 

«No debería pensar tanto en mí» o «ya me preocuparé de mí cuando el resto esté bien». Son frases que muchas veces repetimos como justificación para anteponer el trabajo, la pareja, la familia y hasta las exigencias sociales a nuestro propio bienestar. Sin embargo, cuidarte, priorizarte y construir una relación más amable contigo mismo/a jamás será egoísta. De hecho, es lo que va a hacer que tu autoestima no se tambalee cuando cometas un error, te rechacen o tengas la tentación de compararte con alguien de tu alrededor. 

¿Qué es realmente la autoestima? 

La autoestima es la percepción, valoración y sentimiento que tienes hacia ti mismo/a. Y para acercarlo más a nuestro día a día, es cómo te ves, te hablas y te tratas. Afecta a tu manera de tomar decisiones, a los vínculos que generas con los demás y, sobre todo, a tu bienestar emocional. 

Ahora bien, no debes confundir la autoestima con ‘gustarte’ o tener confianza en ciertos aspectos, como tu físico o tu trabajo. Tiene más que ver con la sensación de sentir que mereces respeto o cariño, incluso cuando las cosas no salen bien. 

La autoestima es la base sobre la que construyes tu identidad emocional y la capacidad de afrontar la vida de una manera estable. Pero en ningún caso debes confundirla con la arrogancia, porque en absoluto significa ser egocéntrico ni tener una actitud de superioridad hacia los demás. De hecho, precisamente las personas con una buena autoestima no necesitan demostrar constantemente su valía ni compararse con los demás para sentirse mejor. 

Cuando te sientes bien contigo mismo/a, no necesitas pasar por encima de nadie para destacar. Al contrario, tienes estabilidad suficiente para reconocer tus logros y también aceptar tus errores sin que eso desestabilice tu salud mental. Si quieres saber si necesitas mejorar tu autoestima, piensa en cómo es el vínculo contigo mismo y hazte estas preguntas: 

  • ¿Eres comprensivo/a contigo cuando algo te sale mal? 
  • ¿Te atacas constantemente con pensamientos negativos? 
  • Cuando vas a hacer algo por primera vez, ¿te animas a ti mismo o te autosaboteas pensando que no vas a ser capaz? 

Síntomas de una autoestima baja 

Es bastante habitual pensar que la baja autoestima siempre se traslada al exterior, pero no suele ser así. Y esto explica que haya muchas personas exitosas, con buen trabajo y relaciones bastante estables que tienen un diálogo interno bastante dañino y tóxico. Estas son las señales más evidentes: 

  • Te comparas constantemente: pasas el día mirando lo que otros hacen, cómo viven o lo que consiguen, y sientes que tú no estás a la altura. De hecho, las redes sociales tienen bastante culpa en esa comparación, y casi nunca muestran la realidad al completo. 
  • Te criticas con dureza: tienes una voz interna que es demasiado dura contigo, con reproches, una autoexigencia muy alta y rara vez te permites celebrar tus logos. Y lo peor es que si un amigo o tu pareja te tratara de esa manera, tendrías claro que ese no es tu lugar. 
  • No confías en tus decisiones: dudas constantemente y buscas validación externa antes de tomar una decisión importante, incluso sin tener en cuenta tu propio criterio. También sueles sentir que, si algo sale mal, será culpa tuya; y si sale bien, habrá sido cuestión de suerte. 
  • Aceptas cosas que no quieres: una autoestima baja también se traduce en dificultades para poner límites. Te cuesta decir ‘no’, soportas relaciones que sabes que no te hacen bien o no escuchas tus necesidades por miedo a decepcionar a tu entorno. 

¿Qué NO sirve para mejorarla? 

Ahora bien, mejorar la autoestima es un proceso largo que implica revisar qué hay detrás de las inseguridades, y por eso no sirve con tener una actitud positiva. Por ejemplo, mirarte al espejo y decirte que eres maravilloso no sirve de nada si por dentro sigues sintiéndote insuficiente. 

Por otro lado, no busques siempre la validación externa. Está bien el reconocimiento ajeno, pero tu valor no puede depender siempre de lo que piensen los demás, porque jamás vas a poder controlar ni evitar el juicio externo. Y no, tener buena autoestima tampoco significa estar feliz todo el tiempo, también consiste en reconocer (y validar) tus emociones, saber que tienes derecho a sentirte así y no minimizar lo que te pasa. 

Cómo ayuda la terapia online a fortalecer tu autoestima 

La buena noticia es que todos podemos mejorar nuestra autoestima con trabajo, esfuerzo y acompañamiento profesional. Y la terapia online es perfecta, porque podrás reconciliarte contigo desde casa, a tu ritmo y siempre con un profesional que te entiende. Te ayudará a: 

  • Identificar creencias limitantes: muchos hemos escuchado frases como «no valgo», «soy un desastre» o «tengo que hacerlo perfecto para que me quieran». En ocasiones, las tenemos interiorizadas desde que somos pequeños, pero en terapia aprenderás a desechar todas esas creencias que ya no sirven y a construir otras más justas contigo. 
  • Reconectar con tus valores: los problemas de autoestima también vienen por vivir la vida que los demás esperan, y no la que tú realmente quieres. 
  • Aprender a poner límites: uno de los básicos de una autoestima fuerte es saber decir ‘no’ y poner límites cuando consideres que debes hacerlo. 

¿Te reconoces en alguna de estas señales o sientes que tu relación contigo mismo/a podría ser mejor? Trabajar para mejorar tu autoestima jamás será egoísta ni egocéntrico. En POP Empower queremos ayudarte a construir un vínculo sano, fuerte y más amable contigo. Descubre nuestra Terapia para Autoestima Online y empieza a valorarte como te mereces. 

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