¿Cuántas veces has experimentado la misma sensación en una relación, aun tratándose de personas diferentes? Quizá te relacionas siempre con personas que tienen miedo al compromiso, al apego emocional o que te hacen sentir inseguro/a. O tal vez te has dado cuenta de que eres tú quien, sin querer, repites los mismos comportamientos, como callar lo que sientes, dar más de lo que recibes o sentir miedo al abandono.
Todas estas conductas son patrones afectivos, y repetirlos es mucho más común de lo que parece. Y no, no significa que tengas mala suerte en el amor. Gracias a la psicología sabemos que detrás de estos ciclos normalmente hay creencias erróneas sobre el amor que arrastramos desde la infancia, heridas que no están cerradas y dinámicas que activamos sin darnos cuenta. La buena noticia es que es posible identificarlas, trabajarlas y transformarlas con ayuda profesional.
Qué significa repetir patrones afectivos
Los patrones afectivos son las formas repetidas de relacionarnos con los demás. Es decir, conductas, emociones y pensamientos que aparecen siempre en nuestras relaciones de pareja (también de amistad, familiares o laborales), aunque cambie la persona que tenemos delante. Estos son los patrones más habituales:
- Buscar siempre parejas emocionalmente no disponibles, es decir, que no están preparadas (mental o sentimentalmente) para generar ese vínculo.
- Necesitar constantemente la aprobación de la pareja.
- Miedo a ser abandonado/a.
- Convertirse en el ‘salvador/a’ de la otra persona.
- Elegir relaciones en las que la comunicación es prácticamente inexistente o muy complicada.
Estos patrones suelen guiar la manera de relacionarnos, y si no los revisamos (y somos conscientes de ellos), los vamos a repetir aunque cambiemos de pareja o de amistades.
Heridas emocionales no resueltas: apego, autoestima, trauma
Normalmente, tienen su raíz en una experiencia temprana durante la infancia o la adolescencia, dos etapas en las que definimos nuestro estilo de apego y aprendemos a relacionarnos con los demás.
- Apego: la manera en la que nuestros padres (tutores o cuidadores) respondieron a nuestras necesidades cuando éramos pequeños influye en cómo entendemos la intimidad y la confianza. Un apego inseguro (ansioso, evitativo o desorganizado) puede ser la causa de relaciones inestables.
- Autoestima: si crecimos sintiendo que no éramos suficientes o que teníamos que esforzarnos para que nos quieran, es posible que ahora busquemos parejas que refuercen esa dinámica.
- Trauma emocional: experiencias dolorosas, como el abandono, el rechazo o relaciones pasadas conflictivas, condicionan las decisiones posteriores.
El cerebro humano está diseñado para buscar lo que le resulta familiar, y no lo que le hace feliz. Por eso, al principio sentimos que lo conocido es lo ‘seguro’, aunque duela y terminemos reproduciendo patrones afectivos.
Cómo detectar si estás en un patrón repetitivo
Empezar una relación nueva en ningún caso significa dejar atrás patrones afectivos; de hecho, es más difícil identificar estos comportamientos repetitivos al generar un nuevo vínculo. Estas son las señales que te pueden ayudar a identificarlo:
- Tus relaciones terminan con una sensación de vacío, inseguridad y frustración.
- Piensas que si tú cambias, la relación terminará funcionando, y tiendes a cargar con toda la responsabilidad.
- Eliges parejas con características emocionales muy parecidas, aunque la persona o el contexto sea diferente.
- Actúas de forma automática, no expresas tus emociones, te adaptas siempre a los demás y te conformas.
Si estás situaciones te resultan familiares, probablemente haya patrones afectivos que se repiten en tus relaciones. Y no debes culparte por ello, pues reconocerlo es el primer paso para pedir ayuda y hacer cambios conscientes.
El papel de la terapia para crear vínculos sanos
Muchas personas creen que romper un patrón afectivo significa poner distancia con los demás, sentir rechazo hacia las relaciones afectivas o ponerse una coraza. Pero no es nada de eso. Los vínculos sanos comienzan cuando aprendes a relacionarte desde un lugar más libre, seguro y consciente, y la terapia es un elemento imprescindible en el proceso.
De hecho, un profesional especializado en relaciones de pareja, apego o autoestima puede ayudarte a:
- Identificar cómo tus experiencias pasadas influyen en tu manera de relacionarte hoy.
- Eliminar creencias limitantes, como que siempre te van a abandonar o que tienes que darlo todo para que te quieran.
- Aprender a comunicarte, poner límites y reconocer tus necesidades emocionales sin culpa.
- Trabajar la autoestima y sentirte suficiente sin depender del reconocimiento ni de la validación ajena.
Romper con los patrones repetitivos en tus relaciones no es un proceso rápido ni tampoco lineal, pero sí que va a abrir la puerta a relaciones más sanas y satisfactorias. Los vínculos sanos llegan al comprender que no debes repetir las mismas dinámicas una y otra vez, y sobre todo al identificar la raíz de ese patrón.
Y la terapia profesional es el primer paso para construir relaciones mucho más libres y conscientes. En POP Empower ponemos a tu disposición psicólogos especializados en relaciones de pareja y autoestima que te enseñarán las herramientas para mejorar tus vínculos.